viernes, 28 de septiembre de 2007

No más nada, todo...















Basta de ir al lado oscuro con tus ojos de platillo volador.
Basta de caerte en los agujeros de los gusanos para tener que sacarte.

La retorcida, garabateada lombriz dentro mío,
me devora de adentro hacia afuera.

Basta de hablar de los viejos días, es tiempo de algo grandioso.

Quiero que salgas y lo hagas funcionar.

Pelá todas tus capas
Quiero comerme el corazón de tu alcaucil.

No más agujeros goteando en tu cerebro

Tantas mentiras
Tantas mentiras
Tantas mentiras

martes, 25 de septiembre de 2007

Inquieto










Qué son estas cosas que siento?
Soy yo, alguien que llevo dentro,
me está pidiendo...
que no me quede quieto mientras crezco.

Quién soy, lo estoy averiguando.
Soy yo, alguien que llevo dentro,
me está diciendo...
que puedo poner el tiempo de mi lado.



Esta vez quiero ir, más lejos que nunca...




Jaime Sin Tierra.

sábado, 15 de septiembre de 2007

From the Sun

De las lógicas y mi piel.


From the sun, salto despacio.

Tanto vos, como yo, tenemos películas por ver.


Una lista, siendo específico.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Para los Arboles




Humedad por todos lados. No llegaba a ser neblina, pero se las jugaba para serlo. La vereda rota, la mierda del perro. Cuando volvía a casa me resultaba todo muy difícil. Peor en los días de humedad, cuando todo lo que pisas es viscoso y resbaladizo.

El viento agitaba las ramas decrépitas de los árboles que se retorcían y, al ritmo de este baile, dejaban caer los restos de la lluvia de hacía media hora. Las sentía tocarme los hombros, sacarme la ropa en esas ocasiones.

Me tomaron entre dos, los árboles, para rasgarme las vestimentas y así, desnudarme completamente. Uno me agarró de los tobillos, abriéndome las piernas. Sentí frío donde nunca lo había hecho. La penetración fue dura en un principio, pero se aguantaba, hasta que decidieron terminar conmigo, dejándome arruinada, tirada en el suelo. Con la cara ensangrentada, veía mitad colorado y mitad oscuridad (mi cuadra es una boca de lobo). La boca me sabía toda a madera y sangre. Las astillas clavadas en mis muslos eran insoportables.

Pude recomponerme y logré llegar al hall de entrada del edificio. Los momentos en el ascensor son los peores. Una mujer hecha pedazos mira, desde el reflejo, a una niña totalmente quebrada. Mi vanidad, traducida por un supuesto maquillaje, se había vuelto una pintura impresionista en mi rostro. El silencio te condena tanto que empezás a respirar mas fuerte, para callarlo. Callarte. Callarme.

Las llaves en el pasillo de estética neurótica son estruendosas. La cerradura se corre, mientras juega a no embocar la llave.




El baño, la cama.
Se secó la planta del comedor.


Planta de los pies...

lunes, 3 de septiembre de 2007

Nota del día: Averiguar dónde bajo...


Como escenografía de una escena clase b de cine independiente. El fondo transcurría, a lo largo del viaje, como pintura barata, como patrones de similitud constante. Aunque, en sí, cada repetición poseía su detalle variado independientemente. Intentar enfocarse en un cuadro, por más pequeño que fuese, era tarea de monjes. Por más que hubieran afiches del Octubre Rojo, o de la Revolución Bolchevique en la argentina de los pingüinos, nada me sorprendería en ese momento.

Dentro del vehículo, se desenvolvía un mundo totalmente aislado. Las personas, danzando en la superficie, se movían de una manera tan hipnótica que era de no creer.
Se extiende horas, minutos, segundos. Me reduje a un cáctus, una planta inerte, un adoquín.

El hombre de adelante abre la ventana bruscamente. El viento arrebata mi amorfa cabellera (era de los peinados que frecuentaba, de hecho, lo es). De repente, me siento afuera. Un lecho invisible me sostenía, venciendo a la gravedad.

El foco de atención se traslada al espacio exterior al colectivo. Toda acción sería evadida por mi mirada, mi atención y razonamiento. Podía verme esperando el colectivo con ese pelado de la parada. O aguardar a que el kiosquero me atienda, porque la chica está comprando puchos.

El viaje de vuelta a mi casa puede ser toda una expedición, no?


Uy, me pasé de parada…