viernes, 20 de junio de 2008
No Logré Sobrevivir Dentro del Caparazón
Salir y que te duelan los ojos por la luz.
Salir y que los oídos zumben melodías agudas como uñas en una pizarra.
Salir y mirarte a los ojos, pero mirándome en el reflejo, es lo que busco siempre.
Sólo que te digo "Me encanta verme en vos".
Vernos juntos y ver a dos y no uno.
Verte tan blanca, hermosa y prolija que da miedo.
Verme tan tembloroso, aterrado y curioso.
Suena el teléfono...
"¿Cómo andás?"
"¿Te aburro?"
"¿Vos querés mucho a tu mamá?"
"Bien, cansado, pero mejor ahora..."
"No, sino te lo diría (qué tan ideal puedo llegar a parecer?)"
"No, no la soporto desde hace años, el mismo tiempo desde que empecé a querer irme a la mierda, a París. Quiero llevarte conmigo"
Llenar el tiempo con preguntas semi-profundas.
Llenar los espacios con besos, abrazos y chucherías cursis (qué bueno!)
Llenar los silencios con cuestiones filosóficas...
"Me asombro y luego existo?"
"Pienso luego existo?"
"Sufro y luego existo?"
Es como si caminara con una enciclopedia en un hombro y un letrista en el otro, soplándome lo que quiero/tengo que decir.
Que idiota que no me crea mi traje.
Patología.
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1 comentario:
dos,
ni uno
ni tres.
una vez pensé (y escribí) eso. hoy justo lo recordé
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